Publicación de una profesora universitaria en Facebook, hacia finales de 2021
Si hay algo que me quedó claro después de enseñar Epistemología durante años, es que si bien el conocimiento científico no es garantía de acceso a lo que algunos llaman la “Verdad”, y que además es falible, hasta ahora es el tipo de conocimiento humano más fiable que se haya construido en términos de describir, explicar, predecir y controlar aspectos de la realidad.
Hay un abismo entre la ciencia tradicional y las seudociencias o las teorías conspirativas en términos de cómo validan el conocimiento. Mientras la ciencia tradicional se somete a unas rigurosísimas condiciones de vigilancia de sus afirmaciones, ejercida por miles de miembros de la comunidad científica que incluso son rivales, las afirmaciones de las teorías conspirativas y las seudociencias ni por casualidad se han sometido a ellas, porque no tienen una comunidad conformada por instituciones que les exijan esos requisitos para publicar: de hecho, cualquiera publica cualquier cosa por afuera de los ámbitos académicos sin ningún tipo de control ni filtro.
Y es por esa razón que aún con todas sus miserias a cuestas, el conocimiento científico es infinitamente más fiable que otros tipos de conocimiento humano en términos de resolver problemas concretos (física, medicina, psiquiatría, biología, etc.). No me refiero a problemas existenciales, religiosos ni espirituales, porque hablamos de ciencia, no de filosofía o religión.
Sin dudas que la ciencia moderna no tiene respuesta para todo, y que comete errores. Pues bien, pensemos que si eso sucede con un tipo de conocimiento que se somete a rigurosísimos controles de calidad y controles lógicos, imaginen los errores, las atrocidades lógicas y epistemológicas que uno se encuentra cuando revisa un texto seudocientífico o un artículo encuadrado en lo que denominamos "teorías conspirativas".
Ah, sí, por supuesto: una de las falacias más maravillosas que conocí afirma que las teorías conspirativas y las afirmaciones de las seudociencias estarían validadas solo porque en ellas hay profesionales con título universitario diciendo un montón de cosas creíbles. (Sin embargo, no es igual "creíbles" que "ciertas").
Pues vaya ingenuidad: ¿acaso no saben que dentro de la ciencia tradicional todos los días se rechazan afirmaciones de médicos, epidemiólogos o investigadores, porque sus afirmaciones aún no terminan de pasar los filtros necesarios para que alcancen el estatus de "científicos"? La diferencia es que en la ciencia tradicional los atajan en la primera revisión, en cambio en las seudociencias y las teorías conspirativas escriben, publican y hablan a boca de jarro lo que les viene en gana: ¡total no existen ni controles ni filtros!
Ahora comparemos cómo se produce conocimiento científico y cómo se produce, por ejemplo, un texto sobre teorías conspirativas.
Mientras que para escribir un proyecto de tesis alguien que pretende insertarse en el mundo científico puede estar dos semanas para escribir apenas dos páginas (porque cada concepto que va utilizar debe ser definido con precisión, y para eso hay que leerse 30 artículos) he visto cómo alguien se despacha un texto de 15 páginas en apenas unas horas, afirmando las cosas más incomprobables de la realidad, mutilando conceptos de la física cuántica y usando de tres maneras diferentes un concepto de “energía”, algo que ni siquiera definió operativamente. Y todo eso sin sonrojarse, alegando que lo suyo es "ciencia alternativa".
Y por eso es que un proyecto de tesis científica de 40 páginas puede tardar un año y medio en elaborarse, mientras que un teórico conspirativo te escribe un libro de 40 páginas en dos semanas: no hay controles, nadie cuestionará la falta de citas, ni la lógica interna de lo escrito.
Mi experiencia en el terreno del conocimiento en general (gnoseología) y científico en particular (epistemología) me dado las herramientas para poder detectar en las teorías conspirativas, las seudociencias y las terapias alternativas las aberraciones lógicas más escandalosas que se pudiera haber leído alguna vez. Y lo hacen echando mano a un poco de arte: se le roba a la ciencia tradicional algunas cuestiones de la física cuántica, para luego entretejerlas sigilosamente con afirmaciones sin sustento alguno, que son contrabandeadas por detrás de las primeras. Y así es como se construyen esos discursos falaces, pero simples y creíbles.
Y son simples y creíbles porque reducen la complejísima realidad a una caricatura burda en donde absolutamente todo se explica por una sola y única causalidad: hoy el poder, mañana el Nuevo Orden Mundial, pasado mañana: Mercurio retrógrado. Y voy a poner un ejemplo: nadie puede negar que la medicina moderna está atravesada por intereses económicos. ¿Qué hacen los conspiranoicos o los fundamentalistas de las terapias alternativas? Reducir las riquísimas y variadas dimensiones de la medicina moderna (sus conocimientos, su historia, los millones de vidas que ha salvado) a la única idea de "puro negocio", dando un salto ilógico y falaz en donde se descalifican de raíz sus hallazgos, sus conocimientos y sus métodos. Un absurdo lógico que advertiría de inmediato cualquiera que en la secundaria no se haya copiado en el examen sobre silogismos.
Otra falacia en la que se amparan las seudociencias, las terapias alternativas o las teorías conspirativas, es pretender hacernos creer que su conocimiento es el producto de una comunidad de seres angelicales, puros y cristalinos que únicamente desean persuadirnos de sus ideas por desinterés y buenas intenciones, y que detrás de sus propuestas de “buena vibra”, “energía” y “vida natural” y jamás podrían esconderse sectores nefastos con las mismas oscuras intenciones de poder, manipulación o negocios de las que ellos gustan acusar a quienes forman parte de la comunidad científica tradicional. Caer en esa trampa infantil que intenta darle un estatus ético superior a “lo alternativo” en detrimento de “lo tradicional” es como convencerse de que todos los esposos de River son infieles y golpeadores, mientras que los de Boca son ejemplares.
Tanto TikTok, tanta televisión basura, tanta ausencia de lectura y tanto mensaje de texto abreviado de Whatsapp, nos ha llevado a un mundo en donde los que ignoran… ignoran que ignoran. Y por eso el taxista, el contador o el carnicero hoy pretenden discutirle de igual a igual sobre Biotecnología al biotecnólogo: han perdido el pudor que le quedaba al que otrora era consciente de su ignorancia en un tema específico.
Bien. Ofrecí mis argumentos para fundamentar la razón por la cual considero que es absolutamente real lo que afirma el meme que publiqué. Un abrazo a todes.
Remitirse a fuentes confiables[]
Lucrecia Arremolina, una gran profesora de Biología nos decía que siempre nos remitamos a fuentes confiables, científicas para investigar o interiorizarnos de algún tema, ya que muchos iban a las clases con información provenientes de revistas seudocientíficas. Siempre tomé en cuenta esto para todo.
Gracias, es tal cual lo decís. El conocimiento científico es tan exigente que cada día, quienes dirigimos proyectos de tesis, tenemos que revisar palabra por palabra si lo que se afirma tiene fundamento, si es lógico, si el concepto es unívoco y no es ambiguo, si no se utiliza para referir a cosas diferentes en momentos diferentes de una tesis, ¡es terrible! Pero resulta que viene un pariente y te larga una teoría conspirativa en donde cada cuatro palabras hay afirmaciones de la realidad sin fundamento alguno, mezclando delirantes actos de fe con despojos inconexos de la teoría cuántica. Es tal cual lo que decís de tu profesora. Un gran abrazo.
Las seudociencias no son teorías conspirativas[]
Lo que no comprendo de su notable y sólido comentario, es por qué equipara a las seudociencias con las "teorías conspirativas". Cómo define a las "teorías conspirativas"? ¿Considera que toda teoría conspirativa es falsa y anticientífica? ¿Por qué? Disculpe por favor mi curiosidad y el atrevimiento mío de preguntar.
Es cierto que en mi comentario por momentos aparecen en la misma bolsa las teorías conspirativas, las seudociencias y las terapias alternativas. En un momento del comentario le puse un párrafo que aclaraba eso, pero se hacía tan pero tan largo todo que finalmente lo saqué (como otros que había allí) porque son temas que exigen mucho desarrollo y escritura, y la mayoría se cansa y no termina de leer.
Te diría que teorías conspirativas, seudociencias y terapias alternativas, como bien has intuido, no son lo mismo, pero tienen similitudes en cuanto a los procedimientos de acceso a lo que llamamos la "verdad" (yo prefiero hablar de "certezas" pero eso es otro tema). Es decir, las tres tienen algo en común que las separa del método científico tradicional. Lo que tienen en común las tres, es que siempre en algún tramo del desarrollo mediante el cual nos revelan "su verdad" se apartan de algunas de las exigencias del método científico moderno, del que voy a citar apenas tres requerimientos cruciales:
a) fundamentación lógica y empírica (que cada afirmación que se haga no posea falacias en el razonamiento, y que existan experimentos que corroboren las hipótesis);
b) criticidad (someter permanentemente las teorías a revisión y reestructuración, si fuese necesario);
c) lenguaje preciso y unívoco (no denominar diferentes cosas bajo el mismo concepto).
Pues bien, en mayor o menor medida, las teorías conspirativas, las seudociencias y las terapias alternativas en algunos de sus procedimientos de acceso a la verdad se pasan por alto estos requisitos del método científico contemporáneo.
En primer lugar, dentro de sus desarrollos siempre existe algo metafísico, oculto e incomprobable (en términos de observación y experimentación) que orienta de manera crucial sus conclusiones y explicaciones de la realidad, mezclando fe religiosa o revelación de lo misterioso con aspectos propios del procedimiento científico tradicional (al que critican, pero sin el cual no podrían sobrevivir ni un segundo, porque es su sustento de base).
En este instante, más de uno pensará: "Sí, pero los científicos que practican ciencia moderna también tienen actos de fe (por ejemplo, que Dios creó el universo). La diferencia está en que en una terapia alternativa, por ejemplo, se construye un universo que mezcla fe, religión y metafísica con aspectos propios de la ciencia moderna a la que critican (por ejemplo, el abusivo y ambiguo uso del concepto "energía").
Un ejemplo: en el reiki se afirma que te curan gracias a una “energía vital” llamada qi, de origen cósmico que tiene propiedades de sanación, sin más explicación que el enunciado en sí mismo. Y a ese enunciado —que es central y lo explica todo en la terapia a partir de sí mismo— solo se accede por un acto de fe dogmática. Y digo dogmática porque no es una tarea que veamos cotidianamente en la comunidad de las terapias alternativas, el someter ese enunciado a una revisión estricta, para determinar si eso es así o no. De hecho, al ser un acto de fe es imposible.
Es como si en una radioterapia de la medicina tradicional, ningún científico hubiera explicado en detalle cómo y por qué la radiación combate las células cancerosas, qué experimentos avalan ese procedimiento, y como única respuesta a los pacientes dijeran: "El que genera sanación es el espíritu de Madame Curie". Eso está a un año luz de los procedimientos de la ciencia tradicional, en donde para afirmar cualquier cosa acerca de la realidad tenés que ofrecer un tratado repleto de pruebas, experimentos, confirmaciones y ser sometido a revisión estricta por pares, además de que tenés que explicar el porqué de cada cosa.
Aclaro que yo no tengo nada en contra de las terapias alternativas, porque pueden ser paliativas y espiritualmente acogedoras. El problema está cuando un ejército de chantas se aprovecha de la cuestión para estafar a pobres seres humanos, cobrándoles fortunas por el qi, asegurándoles que les curarán el tumor que tienen. Y esos chantas suelen ser los que justamente se llenan la boca diciendo que la medicina moderna "es un negocio".
En el caso de las teorías conspirativas, no son terapias, ni tampoco seudociencias. Son construcciones puntuales que elaboran una hipótesis central para explicar fenómenos sociales (económicos, políticos, históricos) que no puede comprobarse jamás, porque justamente el espíritu de lo conspirativo radica en que aquello sobre lo que se hipotetiza, está oculto. Y si está oculto, no puede comprobarse la hipótesis central de la teoría. Ergo, no cumplen con los pasos del método científico tradicional.
Por llevarlo al extremo, para que se entienda, yo podría decir que la pandemia de coronavirus es una conspiración de los animales contra los homo sapiens, porque con su instinto evolutivo saben adónde llevar el virus mortal. Luego hago lo que hacen los que crean esas teorías: busco selectivamente varios elementos aislados entre sí, pero que juntos podrían construir una historia creíble, y listo: casos en donde el instinto animal generó cambios en las condiciones naturales de una isla, cuatro o cinco científicos del comportamiento animal que nos cuenten que los animales piensan y deciden, personas infectadas por el virus que fueron visitadas sospechosamente por una paloma, etc.
Lo importante es que las teorías conspirativas pueden ser muy simpáticas (Paul McCartney murió en 1966) o pueden ser letales (las que estigmatizan un grupo social, un partido político o una genética determinada, o enunciando que no hay que vacunarse porque te ponen un chip), porque eso tarde o temprano puede derivar en sangre y muerte. ¿Por qué? Porque implican una altísima dosis de fe ciega en algo que se presenta como irrefutable y que a la vez se afirma que existe, pero que justamente por ser parte de una conspiración, ese "algo" permanece totalmente oculto, intangible, incomprobable.
Ahora el tema de las seudociencias. Allí es más complejo. Primero te cuento las discusiones dentro de la mismísima ciencia moderna: autores como Karl Popper afirman que el psicoanálisis, algunas psicologías (Adler) y el marxismo son seudociencias porque en sus teorías no hay enunciados que afirmen que si las predicciones que hacen no se cumplieran, la teoría sería inválida. Popper le llama a eso "hipótesis falsables".
Sin ser fundamentalistas, en algo acierta: si yo predigo algo, y cada vez que ese algo no se cumple me invento una excusa para la ocasión (hipótesis ad hoc, se llaman) entonces todo el mundo comenzará a dudar.
Otros epistemólogos no son tan tajantes como Popper.
En fin: en los procedimientos de la ciencia moderna se dan tantas palizas intelectuales que lo bueno es que en ella, para afirmar algo, te podés llegar a volver loco estudiando, para que la comunidad científica lo considere validado. Y lejos está (diría que a un año luz) la comunidad científica de ser esa "hermandad con idénticos objetivos" que las teorías conspirativas le atribuyen, por ejemplo para explicar una coordinación mundial de médicos "ocultando la verdad del coronavirus". Dan risa. En su puta vida salieron de la oficina, el taller mecánico o el taxi para pisar un biolaboratorio, una terapia intensiva, un congreso de medicina, pero ellos ya saben que todos conspiran a la vez. Por Dios.
Perdón, me fui de tema. Retomo. En el interior mismo de la ciencia contemporánea se matan en función de la rigurosidad. Pero esos mismos que se matan entre ellos, coinciden en algo: no hay manera de validar las certezas (o "verdades") de los fenómenos físicos, biológicos, médicos de este mundo sin cumplir rigurosamente con el método de validación de hipótesis. Y ese método implica el famoso punto "a" del primer comentario: todo lo que afirmes tiene que estar fundamentado lógica y empíricamente.
No hay lugar para inventarse que en un caso de internación el ibuprofeno actuó junto con la Virgen María, (si sos católico) o con el qi (si hacés reiki). No porque pensemos que esas cosas no existan (podrían existir pero solo lo sabremos con 100% de certeza si al morir vamos al paraíso de los católicos) sino porque como no pueden comprobarse empíricamente, y cada uno con su acto de fe podría alegar algo diferente, harían imposible los consensos para seguir investigando. Entonces, nos quedamos con lo empíricamente observable, terreno en donde (aun con disidencias, tema para otra charla, dada la teoría cuántica) se pueden construir consensos mucho más amplios en el terreno de las ciencias fácticas (otro día hablamos de las ciencias sociales, que tienen otras particularidades).
Las seudociencias suelen constituir la base teórica de las "terapias alternativas" que son su aplicación práctica. Y lo que se les objeta, justamente desde el método científico tradicional, es saltearse varios pasos en el acceso a un conocimiento válido, que no oculte sus deficiencias y sus incoherencias apelando a explicaciones que escapan a la fundamentación lógica y empírica. Y esas explicaciones a las que apelan, son una serie de dogmas y actos de fe que se ocultan y entretejen disimuladamente con largos tramos que se toman de la ciencia tradicional. La hacen bien: critican salvajemente a la ciencia tradicional pero la utilizan como un fondo de tela en donde bordan sus dogmas de fe para darles un trasfondo, un lenguaje y una apariencia científica. Y el lugar común es apelar a la física cuántica. Eso no es casualidad: es intencional. Porque como en la física cuántica todo podría ser posible (por ejemplo, que algo estuviera en dos lugares al mismo tiempo) podés vender cualquier fruta descontextualizándolo de su ámbito de la microfísica para llevártelo a cualquier otro campo que se te ocurra, por supuesto, destruyéndolo en su origen científico inicial.
Imaginate lo que podés construir en una narrativa que apele a la curación por intermedio de una "energía cósmica" como el qi que actúa "modificando de manera cuántica tus moléculas cancerosas" "porque todo está interconectado" (siempre hay que usar palabras que asusten: lo cósmico, lo que está más allá, la física cuántica que es dificilísima de comprender, etc.) Todo eso siempre invita a agachar la cabeza como un acto reflejo y creer, poniendo al que lo enuncia en una situación de poder sobre vos; y eso antropológicamente sucede desde tiempos inmemoriales.
Nada malo si no fuera porque detrás de esas terapias, aún con sus fantasías, se pueden acompañar a seres humanos que necesitan creer en algo. Todo malo cuando hoy ves a un ejército de inescrupulosos a los que aún la ley no los controla ni regula, cobrándoles fortunas a miles de inocentes (y enfermos) bajo la promesa de que su tumor, su esquizofrenia, su problema de corazón se solucionará con una imposición de manos.
Podés guglear notas que explican el desastre que están haciendo muchos mercenarios de la espiritualidad, la "energía" y la buena vibra.
Y como decía en otro comentario, es increíble que acusen a la ciencia moderna de ser un negocio cuando pocas veces se ha visto en los últimos años el montaje del negocio bestial que gira en torno a las terapias alternativas. Desde seminarios, institutos de yoga (que no son el fenómeno, pero se relacionan y potenciaron con él) decenas de institutos de dudosa reputación, negocios de venta de esto o aquello, libros, videos, viajes de sanación, aguas de sanación, y la lista podría seguir.
Entre teorías conspirativas, seudociencias y terapias alternativas, hay diferencias, pero comparten un núcleo en común: en tramos clave de sus desarrollos apelan al oscurantismo para darle sustento a sus verdades.
Espero te haya sido útil en algo. Un abrazo.
No entendí nada pero opino lo mismo[]
Para nada concuerdo con esta afirmación.
He escrito mis argumentos para fundamentarles a todos los que han leído su comentario, el por qué yo sí concuerdo con la publicación.
Espero un desarrollo serio, profundo y bien fundamentado de su parte, no para establecer un interminable debate, sino para que quienes nos lean, elijan la fundamentación que consideren más sólida.
No se debería hablar de estos temas, sino que habría que convertirse en un científico[]
Lucrecia Arremolina, tu ciencia hermosa te llevó al covid y todas sus futuras cepas pero te cuesta un poco ponerla en duda por su comunidad científica que te llevará de nuevo a lo mismo si no la pones en duda ¿por qué no mejor hacés ciencia en vez de repetir argumentos de autoridad?
Lucio Buccio Lima, me habla usted de "carencia de argumentos" y comete la puerilidad intelectual de confundir una herramienta rigurosa para producir conocimiento válido por intermedio de un método que vincula procedimientos de la lógica y lo empírico (el método científico) con el uso (bueno o malo) que los humanos hacen de esa herramienta.
Es tan infantil su afirmación inicial, que es como si un niño de cuatro años me dijera que "el cuchillo mató a una persona". No: el cuchillo no mató a nadie. Quien mató fue el ser humano que lo empuñó. Ese mismo cuchillo es en sí mismo una herramienta útil que puede utilizarse para compartir el pan o cortar la soga que está por ahorcar a una persona.
La ciencia moderna es como ese cuchillo: es una herramienta que, según quien la empuñe, puede hacer el bien o el mal.
No ha sido usted capaz de diferenciar lo que los humanos deciden hacer con las herramientas (intelectuales o materiales) que tienen a mano, de las posibilidades que esas herramientas les habilitan a los seres humanos por sí mismas (en este caso, la ciencia moderna y sus procedimientos rigurosos para producir conocimiento).
Y no solo comete esa puerilidad intelectual: también comete la puerilidad intelectual de confundir el hecho de que al defender los procedimientos del método científico contemporáneo, yo estaría defendiendo las atrocidades que algunos puedan hacer con él. Lo mejor que puede hacer usted es ponerse a estudiar en serio y como corresponde durante unos años para querer ponerse a la altura de un debate en términos de gnoseología, filosofía de las ciencias y epistemología (sí: algunos autores como Klimovsky diferencian entre estas dos últimas, otros no). Y si ya estudió por años, debería saber que afirmar las cosas que afirmó son propias de un ciudadano que no terminó con éxito los estudios secundarios. Y yo ya di clases de ingreso básico a la escuela secundaria hace años, y cobraba por hacerlo. A esta altura de mi vida no voy a ponerme a hacer eso otra vez, y menos aún gratis.
Excelente habilidad para cambiar de tema. Lo único que dije, y en simple palabras, fue que si supieras de epistemología sabrías que la producción de conocimiento también evoluciona, por más que digas los que tus propios contactos quieren escuchar, si un método de producción del conocimiento te lleva a obtener más dudas que certezas entonces tenés que CRECER. No importa cuanto ego tengas acumulado.
Voy a ir por partes. En primer lugar, ayer tuve palabras groseras con vos, así que te quiero pedir disculpas. Es el fragor del momento. Eso tuvo que ver con que vos tampoco llegaste acá diciendo "hola, mirá, disiento con vos en este punto, y bla bla", sino que aterrizaste intempestivamente y diciéndome "y tu ciencia creó el virus y bla bla, y ponete a hacer ciencia, bla bla". Vos también estuviste un poco para el orto.
Entonces, recapitulemos: no sé cuándo yo dije que la producción de conocimiento no evoluciona. Creo que lo que vos entendés por "producción de conocimiento" implica definir qué se entiende por ella, y qué requisitos debe cumplir. Pues bien. Creo que dependiendo de eso, el conocimiento humano puede evolucionar, o involucionar.
Ya sabemos que vos y yo no pensamos igual. Mi posición epistemológica, compartida por los métodos científicos contemporáneos (que no son los del siglo XIX ni los del XX) parte de la premisa de que si bien en la realidad hay aspectos espirituales (intangibles, metafísicos) y aspectos fácticos (empíricos), la utilización de tramos de metafísica y dogmas de fe en medicina, como hacen algunas terapias alternativas, provoca serios problemas en cuestiones de acceso a certezas en el terreno del conocimiento.
Para desarrollarte los fundamentos de esto tendríamos que hablar durante tres o cuatro horas algún día. Por aquí es imposible.
También creo que existe un modelo médico tradicional que aún apoyándose en evidencias teóricas de la ciencia moderna, tiene una mirada desintegrada y mutilada del ser humano, y hace un mal uso de eso. Dejo para otro momento la referencia a tu hipótesis de que el virus fue creado (puede que sí, por qué no) porque el problema no está en las hipótesis que uno elabore en relación a la realidad, sino en el hecho de cerrarlas como un acto dogmático de fe cuando aún no han sido comprobadas.
Entiendo que pienses diferente y está bien, yo no pretendo que todo el mundo piense como yo, sino que lo que me interesa es fundamentar las cosas que yo pienso con los mejores argumentos.
Y sí: lejos de lo que pensás, enseño hace 10 años gnoseología, epistemología, filosofía de la ciencias, investigo y dirijo tesis. Algo sé del tema, estés o no de acuerdo con lo que yo afirmo. Y que haga todo eso que te he dicho, y lo enseñe, no es equivalente a que yo aplauda y justifique la racionalidad instrumental atroz que el capitalismo está haciendo con todo el conocimiento acumulado que ha logrado a través del método científico. De hecho, adhiero ideológicamente a una posición filosófica e ideológica que cuestiona eso.
No tengo pelos en la lengua para cuestionar algunos aspectos de las terapias alternativas tanto en el ámbito en que expanden su aplicación como así también en las construcciones teóricas que las sostienen. Porque al igual que las teorías científicas tradicionales, también sus conocimientos pueden ser utilizados para bien o para mal.
Y hoy se hace evidente que también hay inescrupulosos en ese ámbito: porque se ha montado un mercado bestial en donde cualquiera se disfraza de maestro o chamán (sin regulación alguna, al contrario de lo que sucede en las actividades profesionales de la salud tradicionales) y amparado en la "buena vibra" estafa a personas enfermas o desamparadas.
Eso no hace que por esa razón yo descalifique a todas las terapias alternativas por igual: nadie podría discutir que en determinados ámbitos de la condición humana pueden ser beneficiosas si se aplican con honestidad y sensatez. Sin embargo no se pueden aplicar como solución integral a cualquier dolencia. Es un tema intenso y muy largo para desarrollarlo completo. Y entiendo que no estés de acuerdo, pero al menos ya tenés más clara mi posición. Un abrazo en el disenso y la seguiremos en otro momento.
Ahora sí estamos hablando de construir algo. Mi tono fue por el tono de la publicación en sí, es provocador o responde a una provocación anterior. En el resto estoy de acuerdo. Y es bueno saber que con 10 mil seguidores enamorados no hayas caído en el ego de dar por sabido algo que estaba desde el comienzo mal enfocado. Vale la pena destacar que tu respuesta tiene 20 likes sin estar respondiendo a nada de lo que yo dije (como vos bien te diste cuenta), entonces pasa a ser el ejemplo perfecto de cómo las masas prefieren repetir lo que otro "estudió" sin tener tiempo o la voluntad de hacer ciencia por sí mismos.
Y es ese el paradigma real de lo que se está discutiendo con esta pandemia, no es el "es más fácil", porque siempre va a ser más fácil pertenecer que poner en duda, y estar integrado que ser una minoría. Que hoy encuentres una cantidad aumentada de personas que dudan de esa "ciencia" solo refleja que los resultados no son satisfactorios y debemos ir más lejos. El desafío es doble o nada. Te guste o no te guste. Y tus enemigos no son los conspiranoicos, ya que como vos misma lo decís, no están a la altura del conflicto.
Para entender teorías científicas hay que estudiar[]
O sea, vos tenés diez mil seguidores. Te dieron me gusta el 90 por ciento de tus seguidores. 9 mil seguidores entienden teorías científicas??? Jaja
Albert Trejo, querido mío, viste mal. Solo hay 512 "me gusta", no 9000. Pero en términos de lógica formal, el error es anecdótico. Porque es una falacia lógica derivar como conclusión única y necesaria que se debe ser letrado en teorías científicas por el mero hecho de haberle puesto "me gusta" a una publicación que afirma que para entenderlas hay que sentarse a estudiar (y mucho). De hecho podríamos concluir lo contrario: que dentro de los 512 "me gusta" hay muchísimas y muchísimos que justamente por no ser letrados en teorías científicas, reconocen que no pueden entenderlas sin pasarse varios años estudiando, y que por el contrario, en apenas un video de YouTube pueden comprender los dos o tres elementos básicos sobre los que giran las teorías conspirativas.
También entre esos 512 "me gusta" pueden existir varios contactos que se dedican a la investigación y que al igual que los primeros, saben del abismo que hay entre un tipo de conocimiento y otro, tema que justamente desarrollé en un comentario que dejé arriba. Ojalá que en cada publicación yo tuviera 9000 me gusta. Me inventaría una teoría conspirativa embaucando a cientos de miles y me llenaría de guita vendiendo humo, en lugar de ganar dos mangos con cincuenta dirigiendo proyectos de tesis o dando clases para explicar qué diferencias existen entre el conocimiento científico, las seudociencias y las teorías conspirativas. Abrazos, querido.
No leí el artículo pero opino igual[]
Y cuando algunos científicos responden a intereses oscuros, que atentan contra el ser humano?? Cuando por ejemplo, el conocimiento lo utilizan para destruir el planeta??
Mi queridísimo, es muy válida tu pregunta. Porque invita a diferenciar los aspectos de la realidad para pensar con más claridad.
a) Una cosa son las teorías científicas, que son el producto final de un rigurosísimo procedimiento de acceso al conocimiento que se denomina "método científico" (y que exige cumplir con una serie de condiciones para que se afirme algo acerca de la realidad fáctica)
b) Algo completamente diferente es el USO (lo pongo para resaltarlo, no para "gritar") que los seres humanos hagan de ese tipo de conocimiento que denominamos "teorías científicas". Las teorías son una herramienta, tal como lo es un cuchillo. Se pueden usar para matar a alguien o para cortarle la soga que está a punto de ahorcarlo. Ergo, ya no sería eso un problema de las teorías científicas y el método científico, sino uno sociológico, antropológico y psicológico, es decir, de un ámbito diferente.
c) Nadie niega que políticamente y económicamente existen acuerdos entre sectores de poder: monopolios, oligopolios, planes estratégicos. Eso es una cosa. Pero una muy diferente son las teorías conspirativas, que no son una disciplina científica (física, química, medicina) ya que no tienen ni la estructura ni los propósitos de ellas (no hacen experimentos, no crean puentes, no diseñan autopistas, no crean chips, no predicen el tiempo). Solo son un puñado de hipótesis que afirman que algo que está oculto, es lo que la hipótesis afirma. Es decir, una falacia circular, porque la esencia de una teoría conspirativa es afirmar que existe algo que está oculto en estado de incomprobable, justamente porque eso es el objetivo de la conspiración. ¿Puede existir algo que podría ser cierto en ellas? Claro que sí. Podría ser. Como podría ser que no.
El problema no es ese: el problema está en que terminan siendo un dogma de fe (porque hay un estado de cosas incomprobables) y cuando se trata de cosas como "Paul McCartney murió en 1966" es simpático; pero cuando se trata de que "las vacunas son una conspiración mundial para colocar un chip" se logra que en Europa se hayan muerto miles de personas no vacunadas, además de los quince líderes antivacunas mundiales más famosos que afirmaban eso.
Entonces, es simple: las teorías conspirativas son hipótesis incomprobables que, para sobrevivir, necesitan imperiosamente que no sean comprobadas, porque entonces perderían su magia: la de comunicar un secreto, algo "conspirativo" y quedaría a luz de todos, pasando ser una realidad cotidiana.
Es llamativo que estando a la luz, por ejemplo, en Argentina, toda la red de medios del Grupo Clarín totalmente expuesta a la vista de todo el mundo, y cómo Clarín y La Nación operan las 24 horas a favor de las grandes empresas multinacionales que forman precios en alimentos, no haya nadie de derecha enfurecido frente a esa "conspiración" contra los argentinos de a pie que desde hace años está a la vista.
Creo (y esto es personal, no una definición científica) que la magia de las teorías conspirativas no está en el contenido en sí, sino en la condición de que ese contenido está "oculto".
d) Por todo lo dicho, justamente lo que dice el meme es real, y no hay que ir más allá de lo que dice el meme, para hacerle decir lo que no ha dicho: el meme dice que para entender una teoría científica hay que sentarse a estudiar bastante, y para entender una conspirativa, no. Y eso es cierto. Porque el volumen de desarrollo de una teoría conspirativa ni por asomo tiene la extensión y la complejidad de las ciencias médicas, la física o la química, por solo poner un ejemplo. En la EU te podés encontrar toda una biblioteca que no terminarías de leer en tu vida, dedicada nada más que al desarrollo de la Física.
Una teoría conspirativa, en cambio, tiene una hipótesis central y una selección deliberada de eventos de la realidad que intentan darle sustento. Podés no haber transitado la secundaria y entenderla en apenas quince minutos. Eso es lo que dice el meme. Y es real. Me dedico a revisar producción de conocimiento científico cada día. Ojalá te haya resultado útil la respuesta. Y si no, quizás le resulte útil a alguien más. Un saludo.
Conspiranoico no es un insulto sino una descripción[]
Conozco varios científicos "conspiranoicos". Me explican con generosidad y paciencia todas las inquietudes y dudas que planteo. Me parece una ofensa innecesaria para esos profesionales esa liviana afirmación del posteo. Y si a ellos no los incluye, pero sus afirmaciones son "conspiranoicas" ¿como los califican?
En comentarios de arriba ya hice referencia a esos científicos que vos has denominado como "conspiranoicos" y que yo prefiero categorizar como "científicos cuyas afirmaciones no son sometidas al riguroso método de control cruzado por pares" es decir, cuyas afirmaciones no pasan por un estricto filtro de la comunidad científica. Yo juzgo procedimientos de legitimación del conocimiento, no títulos de quienes que pudieran adscribir a una teoría conspirativa o una seudociencia, porque el título de grado no garantiza en absoluto la solidez de la construcción de una teoría, y eso sucede cada día en el que bochamos una tesis con aspiración científica luego de someterla a una estricta revisión lógica y empírica.
En el ámbito científico está lleno de personas de ciencia con título de posgrado o doctorado cuyas afirmaciones con aspiración de verdad científica son invalidadas a tiempo (atajadas todo el tiempo por controles cruzados entre pares) por contener falacias lógicas o presentar supuestos dudosos y sesgos. No es que los hagan porque son deshonestos y malas personas sino que es algo que nos sucede a todos al intentar hacer ciencia, y por eso los controles institucionales de revisión permanente.
Eso no sucede en el interior de las corrientes de las teorías conspirativas y tampoco en las seudociencias, que en ambos casos se refugian en círculos cerrados en donde todos se refuerzan las hipótesis y dogmas de fe que las constituyen. No hay ni revisión crítica severa, ni controles cruzados, ni instituciones que invaliden nada de lo que alguien con título de grado o posgrado afirme.
Y eso es lo que establece un abismo entre un profesional respetable afirmando algo dentro de una teoría conspirativa o una seudociencia (la falta de controles institucionales y legitimados para someter a revisión las afirmaciones) y un científico afirmando algo en un ámbito científico repleto de todo tipo de controles, incluso el de tus rivales.
No se trata de que el problema sean "ellos": se trata del contexto de construcción de conocimiento en el que ellos están generando sus afirmaciones acerca de la realidad.
También hablé en otro comentario de arriba, y con detalle, sobre las razones de la extrema falta de solidez interna de las teorías conspirativas para aspirar a la categoría de "conocimiento sólidamente fundamentado": fundamentación lógica cruzada con comprobación empírica.
Si te interesa conocer mi opinión en detalle, allí está. El posteo refiere a la dificultad para comprender la complejidad de un campo del conocimiento: las teorías científicas en comparación con las teorías conspirativas.
No refiere a que existan personas sabias y personas imbéciles: refiere a que cualquier persona que quiera conocer algo en esos dos ámbitos, necesitará ponerse a estudiar mucho más para comprender una teoría científica.
Yo no califico personas: yo califico calidad de procedimientos y requisitos rigurosos para el acceso a un conocimiento válido. Y lo hago de acuerdo con los criterios de la ciencia contemporánea que enseño cada día en el ámbito universitario. Podés compartir o no esos criterios. Y si alguien gusta sentirse ofendido, lo siento muchísimo: siempre que se asume una posición frente a la realidad, una parte que no comparte esa posición tendrá malestar. Saludos cordiales.
No me gusta leer artículos tan largos: prefiero opinar en base a las últimas réplicas[]
Creo que en toda esta discusión, nadie se siente "ofendido" ni "defiende seudociencias" (yo, por lo menos). A mí, precisamente "la extrema falta de solidez interna para aspirar a la categoría de conocimiento sólidamente fundamentado" también me molesta. Pero no precisamente "de las teorías conspirativas" sino de muchos científicos que poseen enormes conocimientos y dominan infinidad de conceptos, todos individualmente; pero que son incapaces de analizar su aplicación conjunta con el debido escepticismo científico, no pueden ver a todos sus conceptos en conjunto y llegar con esos conceptos a conclusiones propias.
Yo tampoco "califico personas", yo también "califico calidad de procedimientos y requisitos rigurosos para el acceso a un conocimiento válido, de acuerdo con los criterios de la ciencia contemporánea".
Le doy un solo ejemplo: antes de la aparición del covid-19, la definición de "pandemia" era una. En cambio desde la aparición del covid-19, la definición de "pandemia" fue groseramente modificada por la OMS. Ahora a cualquier cosa se la puede declarar pandemia.
Estoy seguro de que en la OMS no hay ningún epidemiólogo, ningún virólogo, ningún premio nobel ni nadie de renombre de la comunidad científica. Yo creo que en la OMS deben ser todos médicos empleados administrativos. Sobre este tema yo podría hablar horas y días.
Se me ocurre que el análisis de todo este tema debería empezar por estas dos cuestiones.